lunes, 27 de febrero de 2012

El efecto invernadero y la lluvia ácida.

En el conjunto de la Tierra se produce un efecto natural de retención del calor gracias a algunos gases atmosféricos. La temperatura media en la Tierra es de unos 15º C y si la atmósfera no existiera sería de unos -18º C.
El efecto invernadero se origina porque la energía que llega del sol, al proceder de un cuerpo de muy elevada temperatura, está formada por ondas de frecuencias altas que traspasan la atmósfera con gran facilidad. La energía remitida hacia el exterior, desde la Tierra, al proceder de un cuerpo mucho más frío, está en forma de ondas de frecuencias más bajas, y es absorbida por los gases con efecto invernadero. Esta retención de la energía hace que la temperatura sea más alta, aunque en condiciones normales, es igual la cantidad de energía que llega a la Tierra que la que ésta emite. Si no fuera así, la temperatura de nuestro planeta habría ido aumentando continuamente.
Por tanto, el efecto invernadero es positivo. El problema está en que debido a la contaminación,  se está produciendo un aumento de los gases con efecto invernadero y con ello, hay parte de la energía emitida por el Sol que se queda en la Tierra lo que produce el calentamiento global.

La lluvia ácida es un fenómeno que se produce por la combinación de los óxidos de nitrógeno y azufre provenientes de las actividades humanas, con el vapor de agua presente en la atmósfera, los cuales se precipitan posteriormente a tierra acidificando los suelos.
El humo procedente de las industrias, de los coches…  es inyectado en la atmósfera, arrastrado a cientos de kilómetros de su punto de origen por las corrientes de convección, y una vez las partículas contaminantes han reaccionado con el vapor de agua,  se depositan en el suelo en forma de lluvia ácida. Cuando la lluvia ácida se precipita a tierra es transportada hacia los lagos por las aguas superficiales, acidificando los suelos.
La acidez del agua de lluvia afecta gravemente a los ecosistemas, sobre todo a la fauna de ríos y lagos, así como a las plantas que deben adaptarse a las nuevas condiciones de acidez. Produce también la corrosión de metales, rocas y materiales de construcción. Los efectos de esta contaminación vienen  produciéndose desde la revolución industrial pero se han acentuado peligrosamente en los últimos años.


Tanto la lluvia ácida como el efecto invernadero se producen por la emisión de gases a la atmósfera provenientes principalmente de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural). Sin embargo existen otros tipos de energía llamadas renovables que son más respetuosas con el medio ambiente, no producen residuos y, además son inagotables porque se regeneran de forma natural o están disponibles en grandes cantidades. El único problema de este tipo de energía es que no está totalmente desarrollada y suele ser más costosa; sin embargo, merece la pena utilizarlas para salvar a nuestro plantea y a nosotros mismos que necesitamos la energía para vivir y la que usamos convencionalmente se está agotando.

Bibliografía